La vaca púrpura
Que título tan extraño para un blog, te sorprenderá saber que es el título de un libro, y que vaya que llama la atención, y si bien juzgue al libro por su título, su contenido es simplemente maravilloso.
Iniciando con la premisa de que las vacas en masa y por largos periodos de tiempo se vuelven irrelevantes, Set Godin nos señala que todos dirigiríamos nuestra mirada y atención a una vaca púrpura, nos cuestionamos sobre ella y quedamos fascinados de su existencia. Esto es lo que tu marca debe de causar, se dice que lo extraordinario es de lo que merece la pena hablar.
En marketing y publicidad los medios de masas se vuelven nuestras armas secretas, nuestros aliados, entendiendo la afluencia del medio lo comenzamos a utilizar y empezamos a implementar estrategias y metodologías enfocadas al cumplimiento de los objetivos de la empresa/marca.
Pero no solo es conocer el medio, es conocer al cliente. Don Peppers y Martha Rogers en su libro “The one to one future”, nos exponen a cuatro tipos de clientes: los clientes, los clientes potenciales, los clientes leales y los antigüos clientes. La naturaleza del cliente es confiar en su red de amigos, así que, contraponiendo ambos argumentos, la confianza se deposita en el amigo y la reafirma el medio.
El cliente, lleva consigo un peso muy grande para la marca, en este punto es donde debemos centrarnos en el interés estratégico, en donde se genera una relación en donde este, se sienta orgulloso de la marca y la presuma. Generando de esta manera un vínculo directo, humanizando a la marca, creando un perfil de personalidad único.
El reto del marketing hoy en día es poder crecer y diferenciar a la marca del resto, el mundo ha cambiado. Existen muchas más opciones donde elegir pero menos tiempo de descartar. Es aquí en donde comenzamos a utilizar herramientas y creamos deseos, en otras palabras, si no existe, lo creo y lo hago deseable.
Entender que tanto el medio como el cliente son parte fundamental de la estrategia nos ayudará a ser, una vaca púrpura. Todos tenemos ideas, en gran medida, sin embargo, lo que fallan no son las ideas sino la voluntad de llevarlas a cabo.
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